Cuando se habla de pérdida auditiva, solemos pensar en situaciones extremas como conciertos, trabajos con maquinaria pesada o exposiciones a explosiones. Sin embargo, muchos de los sonidos que forman parte de nuestra vida diaria también pueden tener efectos negativos en la salud auditiva, especialmente si estamos expuestos a ellos de forma repetida y sin protección.
¿Qué sonidos pueden afectar?
Estos sonidos cotidianos, aunque parecen inofensivos, pueden contribuir a una pérdida de audición progresiva si no se toman las medidas adecuadas. A continuación, te contamos cuáles son los más comunes y cómo protegerse.
1. El ruido del metro y otros transportes públicos
En grandes ciudades como Madrid, el sonido que se produce cuando un vagón de metro entra en la estación puede superar fácilmente los 90 decibelios. Este nivel de ruido, si se escucha de forma repetida todos los días, puede ser perjudicial para la audición a medio y largo plazo. Una exposición diaria prolongada al ruido del transporte urbano puede convertirse en un factor de riesgo, especialmente si no se utilizan protectores auditivos. El uso de tapones para oídos es una solución sencilla para quienes viajan en metro o tren de forma habitual.
2. Música alta con auriculares
Escuchar música con auriculares a volumen elevado es una de las causas más comunes de pérdida auditiva en personas jóvenes. Muchos dispositivos pueden alcanzar niveles superiores a los 100 decibelios, lo cual resulta dañino si se mantiene durante más de 15 minutos seguidos.
La recomendación general es seguir la regla del 60/60: no superar el 60 % del volumen máximo durante más de 60 minutos continuos. Si necesitas subir el volumen para escuchar bien, es posible que exista ya una pérdida auditiva incipiente y convenga realizar una revisión en un centro auditivo en Madrid.
3. Electrodomésticos de uso diario
Electrodomésticos como aspiradoras, batidoras, licuadoras o secadores de pelo pueden generar entre 80 y 95 decibelios. Aunque su uso suele ser breve, la exposición repetida y sin protección auditiva puede derivar en fatiga auditiva o lesiones a largo plazo. Se recomienda optar por modelos más silenciosos o utilizar tapones antirruido durante tareas domésticas si se usan a diario o por períodos prolongados.
4. Obras y reformas
El sonido de obras, tanto en la vía pública como en el hogar, es uno de los más dañinos. Taladros, martillos neumáticos o sierras eléctricas suelen superar los 100 decibelios, lo cual puede afectar la audición incluso con exposiciones breves.
Si vives o trabajas cerca de una zona en obras, conviene proteger los oídos con tapones adecuados. En caso de molestias, zumbidos o sensación de taponamiento, es aconsejable acudir a una clínica de audición en Madrid para descartar problemas auditivos.
5. Volumen alto del televisor
Muchas personas tienden a subir el volumen del televisor con el tiempo sin darse cuenta de que esto puede estar relacionado con una disminución en su capacidad auditiva. Escuchar la televisión a volúmenes elevados durante varias horas al día puede provocar un deterioro auditivo progresivo.
Si te han comentado que el volumen que usas es excesivo, puede ser una señal de alarma. Una visita a un centro de audición en el Barrio de Salamanca o una evaluación auditiva en una clínica especializada puede ayudarte a detectar cualquier problema a tiempo.
La audición no se recupera una vez que se ha perdido. Las células sensoriales del oído interno no se regeneran, por lo que es fundamental adoptar hábitos de prevención. Utilizar protección auditiva en ambientes ruidosos, reducir el tiempo de exposición y realizar revisiones periódicas en un centro audiológico son acciones clave para cuidar tu salud auditiva.
La pérdida de audición es más común de lo que parece y, en muchos casos, comienza de forma silenciosa. Detectarla a tiempo permite actuar con soluciones auditivas eficaces y mejorar la calidad de vida. Si has notado que entiendes peor las conversaciones, necesitas subir el volumen constantemente o experimentas zumbidos, te recomendamos acudir a un centro auditivo en Madrid para una valoración profesional.