España prohíbe tener como mascota cotorras argentinas
Las cotorras argentinas han sido declaradas especie invasora en España, por lo que tenerlas como mascota será ilegal.
Las especies exóticas consideradas como invasoras son un peligro para las autóctonas y para nuestros ecosistemas. Un claro ejemplo de ellos son las cotorras argentinas, que están presentes es más de 140 localidades españolas. Su gran afluencia en ciudadanos como Madrid o Barcelona suponen el 80% de los ejemplares de toda España.
En España se han vuelto salvajes, principalmente, las cotorras argentinas y las cotorras de Kramer. Estas últimas vienen de Asia y África, pero las realmente problemáticas son las primeras, que como su nombre indica, son originarias de América del Sur.
Según un estudio publicado por la Sociedad Española de Ornitología: «España es el segundo país del mundo con mayor número de cotorras argentinas. Según el censo del año 2015, hay 20.000 ejemplares, cifra que actualmente habrá sido superada con creces. «
¿Por qué las cotorras argentinas son un problema?
El principal problema de la cotorra argentina es la forma en la que se alimenta. Esta especie compite cazando huevos y crías de otras, dejando sin comida a las que son autóctonas. Además, también son muy perjudiciales para los cultivos, la vegetación y los árboles de fruta, pues sus nidos son de un tamaño desmesurado.
En 2011, el Gobierno se dio cuenta del daño que producían las cotorras argentinas en el ecosistema, la agricultura y hacia otras especies. A partir de ese momento pasaron a incluirse en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, de modo que su comercio y tenencia como mascotas está totalmente prohibido.
¿Cómo llegaron a las calles?
Según el informe de la Sociedad Española de Ornitología, la llegada de estas cotorras al territorio español está claro. Principalmente, las aves llegaron en jaulas a través de importaciones.
España tiene un gran número de abandonos animales, por lo que un buen grupo de ellas quedaron liberadas de una forma accidental o deliberada. Una vez en libertad, comenzaron a reproducirse de forma acelerada, pues hallaron alimento, condiciones favorables y bienestar.
Fuente: El País