¿Alguna vez te has preguntado por qué de repente tienes antojo de una hamburguesa justo después de ver un anuncio en la televisión? O quizás, ¿por qué ese par de zapatillas que viste por un segundo en Instagram no deja de rondar tu cabeza? No es magia, tampoco casualidad: son las estrategias subliminales de marketing trabajando a toda máquina. Aunque no lo notemos, muchas marcas están perfeccionando el arte de influir en nuestras decisiones sin que nos demos cuenta.
Vamos a descubrir algunos de los trucos más sutiles (y brillantes) que las marcas usan para capturar nuestra atención y, por supuesto, nuestra cartera.
¿Qué es el marketing subliminal?
El marketing subliminal es una técnica que busca influir en nuestras percepciones, emociones y decisiones de manera casi imperceptible. Funciona apelando a nuestro subconsciente, ese lugar misterioso donde las imágenes, sonidos y mensajes se cuelan sin que seamos plenamente conscientes de ellos.
Aunque el término suene un poco conspiranoico, no siempre es algo negativo. Estas estrategias no buscan hipnotizarnos (aunque a veces parece que lo logran), sino hacer que asociemos ciertos productos o marcas con emociones, necesidades o deseos.
Estrategias subliminares de marketing
1. Colores que nos hablan sin palabras
¿Sabías que el color puede hacer que prefieras una marca sobre otra? Las empresas invierten una cantidad enorme de tiempo y dinero en elegir los colores correctos para sus logos, empaques y anuncios. Por ejemplo:
- Rojo: Asociado con la pasión, la urgencia y el apetito. Por eso lo usan marcas como Coca-Cola, McDonald’s o KFC.
- Azul: Transmite confianza y seguridad, ideal para bancos y empresas tecnológicas como Facebook y Twitter.
- Amarillo: Evoca felicidad y energía. Piensa en los arcos dorados de McDonald’s, diseñados para ser visibles y atractivos desde lejos.
Estos colores no están ahí al azar; están diseñados para provocar reacciones específicas que nos acerquen a la marca.
2. Colocación estratégica en los supermercados
¿Te has dado cuenta de que los productos más atractivos siempre están a la altura de tus ojos? Esto no es una coincidencia, sino una estrategia meticulosamente planeada. Las marcas pagan extra para asegurarse de que sus productos estén donde nuestros ojos miran primero. Además:
- Los productos dirigidos a niños suelen estar en los estantes más bajos, justo a la altura de sus ojos.
- Los artículos esenciales, como el pan o la leche, se colocan al final del supermercado para que tengas que recorrer toda la tienda y, en el camino, llenes tu carrito con cosas que no pensabas comprar.
3. El poder de los jingles y las melodías
Piensa en esa canción pegajosa de un anuncio que no puedes sacar de tu cabeza. Estas melodías no solo están diseñadas para ser memorables, sino para crear una conexión emocional con la marca. Al escuchar la melodía, automáticamente recuerdas el producto. Desde «I’m Lovin’ It» de McDonald’s hasta «Central lechera Asturiana», estas frases musicales actúan como anzuelos para tu memoria.
4. Mensajes ocultos en publicidad
Aunque los mensajes subliminales explícitos están prohibidos en muchos países, las marcas siguen jugando con imágenes, palabras o símbolos que apelan al subconsciente. Un ejemplo clásico es el logo de FedEx, que incluye una flecha oculta entre la «E» y la «X». Una vez que la ves, no puedes dejar de notarla, y eso refuerza la idea de rapidez y movimiento.
Otro caso famoso es el logo de Toblerone, donde si miras con atención, encontrarás un oso oculto en la montaña. Esto es un guiño a Berna, la ciudad suiza conocida como la «Ciudad de los Osos», donde se fabrica este chocolate.
5. El uso de la psicología del «escasez»
«¡Oferta por tiempo limitado!» «Últimas unidades disponibles.» Seguro has visto frases como estas en cientos de anuncios. Estas estrategias juegan con nuestro miedo a perder algo (FOMO, por sus siglas en inglés) y nos empujan a comprar impulsivamente. La urgencia nos hace sentir que si no actuamos rápido, nos quedaremos sin esa increíble oportunidad.
6. Influencers y el «marketing invisible»
Hoy en día, las marcas no siempre te venden sus productos de manera directa. En cambio, los ves en las manos (o en el Instagram) de tus influencers favoritos. Lo que parece una recomendación casual muchas veces es una colaboración pagada cuidadosamente planificada. Esto nos lleva a confiar en el producto sin darnos cuenta de que estamos siendo influenciados.
7. Fragancias que nos guían
Algunas tiendas utilizan aromas para mejorar nuestra experiencia de compra y, de paso, hacernos gastar más. Por ejemplo, una tienda de ropa puede usar un perfume fresco y juvenil para asociarlo con sus productos, mientras que una panadería seguramente invadirá el aire con el irresistible olor a pan recién horneado.