Las moras son un alimento rico en vitamina C y resultan buen antioxidante, por lo que reducen el riesgo de desarrollar patologías crónicas.
La mora, de la que dicen «nace en verde, crece en rojo y madura en negro», es un pequeño fruto silvestre. Principalmente, despunta por su alto valor nutricional y su capacidad para controlar los niveles de ácido úrico. Este alimento es clave en algunas alimentaciones como la nórdica. Esto es debido a que, en ciertas latitudes, la fruta no es un producto de proximidad por lo que las moras actúan como el sustituto perfecto.
Las moran contienen muy poco azúcar, mientras que es rica en vitamina C, con niveles superiores a algunos cítricos. Esta vitamina ayuda a mantener en buen estado los huesos, los dientes y favorece la absorción del hierro. La Fundación Española de la Nutrición avala su baja aportación calórica y su provitamina A, clave en el mantenimiento de la visión gracias al retinol.
Además, la Fundación destacan su contenido en vitamina C, pues debido su pulpa de ácido cítrico, también dispone de propiedades antiescorbúticas. Esto quiere decir que las moras previenen del escorbuto y que son totalmente necesarias para el crecimiento y desarrollo.
El consumo habitual de moras presenta grandes beneficios para la salud
Las moras aportan vitaminas, ácidos grasos, hidratos de carbono y minerales; además de resultar una de las fuentes de antioxidantes más potentes del mundo. La cantidad de vitamina C que están en las moras (21 miligramos de cada 100 gramos de alimento) es suficiente como para conservar la garantía estructural de las proteínas, los lípidos y los hidratos de carbono.
Además, las moras pueden preservar del estrés oxidativo a los ácidos nucleicos que conforman el ADN y el ARN. Esto ayuda a la síntesis de la elastina y el colágeno, claves en el desarrollo de vasos sanguíneos, tendones y ligamentos.
Fuente: El Español