Los partidarios de la continuidad de Jair Bolsonaro en el cargo de presidente de Brasil vuelven a manifestarse en las calles de la capital brasileña en contra del resultado electoral
Ha pasado más de un mes desde que Lula da Silva ganara las elecciones generales de Brasil. El proceso causó mucho descontento entre los seguidores de Bolsonaro, quien en un principio se negó a aceptar la derrota. La incredulidad del polémico político brasileños acabó por transmitirse a sus simpatizantes, que también negaban su derrota y la tachaban de injusta y poco transparente en el proceso electoral. Todo esto, se tradujo en unas alocadas semanas de manifestaciones, protestas y disturbios en muchas ciudades del país.
Los simpatizantes de Bolsonaro siguen sin asumir la derrota a día de hoy. El pasado lunes por la noche las protestas volvieron a sonar con fuerza en la capital, Brasilia. Miles de manifestantes, afines a Bolsonaro, se enfrentaron a la policía y fuerzas de seguridad del Estado. Todo ello sucedió después de que el grupo más radical tratara de irrumpir en la sede de la Policía Federal.
Ante esta situación, la policía cargó contra los manifestantes y disparó munición de goma para tratar de reducirlos. Los disturbios dejaron, al menos, cinco autobuses incendiados y 10 vehículos resultaron dañados, según reportaron las autoridades brasileñas. La Policía Federal continúa evaluando el alcance real de los daños y heridos.
Los seguidores de Bolsonaro reclamaban libertad para un preso político
El motivo de realizar la manifestación en las dependencias policiales no es otro que protestar por la detención de uno de los miembros del partido de Bolsonaro, José Acácio Serere Xavante. Este político fue arrestado por presuntos actos antidemocráticos tras el proceso electoral.
La Policía Federal lo inculpa de encabezar múltiples manifestaciones antidemocráticas contra el presidente electo, Lula da Silva. Las revueltas de mayor dureza de las que se le acusan son la irrupción en el aeropuerto de Brasilia y los disturbios causados afuera del hotel de Lula da Silva. La orden señala que Serere Xavante usó su posición política para reclutar milicianos como amenaza política.
Fuente: CNN