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Avales en el alquiler de vivienda: Todo lo que necesitas saber

Alquilar una vivienda es uno de los pasos más importantes en la vida adulta, y en muchos casos, también puede ser un proceso complicado. Uno de los elementos más comunes en este tipo de transacciones es el aval en el alquiler, que se utiliza para garantizar el cumplimiento de las obligaciones del arrendatario. Si estás a punto de alquilar una propiedad, ya sea como arrendador o inquilino, entender cómo funcionan los avales es crucial para evitar sorpresas.

A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los avales en el alquiler de vivienda, cómo afectan tanto al propietario como al inquilino, y qué debes tener en cuenta antes de firmar un contrato.

¿Qué es un aval en el alquiler?

Un aval alquiler es una garantía proporcionada por un tercero (el avalista) para asegurar el cumplimiento de las obligaciones del arrendatario (inquilino) ante el propietario de la vivienda. En otras palabras, el avalista se compromete a pagar la deuda o cubrir los daños si el inquilino no lo hace. Esto puede incluir el pago del alquiler, los daños a la propiedad o cualquier otro incumplimiento del contrato de arrendamiento.

Este mecanismo es especialmente útil cuando el arrendador tiene dudas sobre la solvencia del inquilino, ya sea porque no cuenta con un historial crediticio suficiente o porque es su primera vez alquilando una propiedad. El aval puede ser personal o bancario, dependiendo de la situación.

Tipos de aval en el alquiler de vivienda

Existen varios tipos de aval para alquiler, cada uno con sus particularidades. Aquí te describimos los más comunes:

  1. Aval personal: Este tipo de aval lo asume una persona física que, en caso de impago, se compromete a cubrir la deuda. El avalista puede ser un familiar, amigo o conocido que garantice el pago si el inquilino no puede cumplir con sus obligaciones. Aunque es una opción común, implica un riesgo significativo para el avalista, ya que podría tener que pagar una cantidad considerable de dinero si el inquilino no paga el alquiler.

  2. Aval bancario: En lugar de un avalista personal, algunos propietarios prefieren que el inquilino obtenga un aval bancario, que es un compromiso de pago firmado por una entidad financiera. En este caso, el banco garantiza el pago en caso de que el inquilino no pueda cumplir con el alquiler. Aunque esta opción es más segura para el arrendador, los bancos suelen cobrar una tarifa por emitir este tipo de aval, lo que hace que sea una opción más costosa para el inquilino.

  3. Seguro de alquiler: Algunos propietarios prefieren utilizar un seguro de alquiler en lugar de un aval, lo que también ofrece una garantía de pago. En este caso, el inquilino paga una prima mensual, y el seguro cubre los posibles impagos del alquiler o daños a la propiedad. Aunque no es un «aval» en el sentido tradicional, es una opción alternativa que también asegura al propietario.

¿Qué pasa si el inquilino no paga?

Si el inquilino incumple con el pago del alquiler o causa daños en la propiedad, el avalista o la entidad financiera que ha proporcionado el aval será responsable de cubrir esos gastos. En el caso de un aval personal, el avalista deberá abonar la cantidad correspondiente. En el caso de un aval bancario, el banco procederá a cubrir el pago, pero este podrá reclamar el dinero al inquilino posteriormente.

Por este motivo, ser avalista implica asumir una gran responsabilidad, ya que si el inquilino no paga, el avalista puede enfrentarse a serios problemas financieros. Es fundamental que el avalista comprenda bien lo que está asumiendo antes de comprometerse a este tipo de garantía.

¿Es obligatorio presentar un aval para alquilar una vivienda?

Aunque no existe una ley que obligue a los arrendadores a exigir un aval alquiler para alquilar su propiedad, es una práctica común, especialmente en situaciones donde el propietario tiene dudas sobre la solvencia del inquilino. En algunos casos, el aval puede ser sustituido por otras garantías, como un seguro de alquiler o un depósito en efectivo.

En cualquier caso, los arrendadores tienen derecho a decidir qué tipo de garantías exigir, y los inquilinos deberán estar preparados para cumplir con esas condiciones si desean alquilar la propiedad. En algunas ciudades, especialmente en Madrid o Barcelona, la demanda de vivienda puede hacer que los propietarios se vuelvan más estrictos con las condiciones de alquiler, lo que incluye exigir avales o garantías adicionales.

¿Qué debe tener en cuenta un avalista?

Si te han pedido que seas avalista de un alquiler, es importante que comprendas bien tus responsabilidades. Aquí tienes algunos puntos clave a tener en cuenta:

  • Riesgos financieros: El avalista puede verse obligado a cubrir el alquiler completo o incluso los daños a la propiedad si el inquilino no paga. Antes de aceptar ser avalista, asegúrate de que puedes afrontar esta responsabilidad.
  • Duración del compromiso: El compromiso del avalista suele durar mientras el contrato de alquiler esté en vigor. Sin embargo, algunos contratos incluyen cláusulas de renovación automática o aumentos de alquiler, lo que podría aumentar la cantidad que el avalista tendría que pagar si se produce un impago.
  • Posibles alternativas: Si no deseas asumir el riesgo de ser avalista, explora alternativas como los seguros de alquiler o negociar con el propietario otras formas de garantía.
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