La creación de empleo y la calidad de los contratos se ven amenazadas, mientras la incertidumbre económica persiste en un contexto político inestable.
El sector de trabajadores autónomos, que ha sido históricamente una de las principales fuerzas impulsoras del empleo, se encuentra enfrentando una crisis alarmante sin el respaldo adecuado de los gobiernos sucesivos.
Los datos del paro revelados el miércoles muestran una preocupante tendencia que amenaza el sustento de estos trabajadores. En julio, se registró una pérdida diaria de 219 autónomos, y aunque se espera un ligero aumento para mañana, esta inestabilidad no augura un buen inicio de mes. Los autónomos no solo generan empleo por sí mismos, sino también a través de las personas que contratan. Es un colectivo numeroso, pero ha sido ignorado tanto en atención como en apoyo por parte de los gobiernos.
Otro aspecto relevante es la calidad del empleo creado en julio, que deja mucho que desear. Un alarmante 80% de los contratos registrados en el pasado mes fueron de naturaleza temporal, indefinidos a tiempo parcial o fijos discontinuos. Además, las horas trabajadas no muestran signos de aumento. Expertos señalan que esto indica un agotamiento en el mercado laboral.
Tradicionalmente, el mes de agosto encuentra a muchos trabajadores desprevenidos debido a las vacaciones, pero en los últimos años, exceptuando un período relativamente tranquilo desde el punto de vista económico y financiero, las preocupaciones han sido constantes. La crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos en 2007 y el estallido de la crisis financiera en 2008 dejaron una huella imborrable en la economía global. Desde entonces, veranos nefastos han seguido, con tormentas monetarias, crisis financieras, tensiones comerciales y cierres fronterizos, así como el aumento de los precios de los alimentos. La estabilidad se ha vuelto esquiva. Por tanto, es imprescindible no bajar la guardia, incluso en momentos vacacionales.
Este año, España enfrenta una inseguridad política tras los resultados electorales, lo que ha llevado a una incertidumbre económica aún más marcada. Aunque los datos de empleo pueden presentarse de manera favorable, es probable que solo sean el preludio de una temporada difícil. Ojalá las perspectivas mejoren, pero es crucial tomar medidas concretas para apoyar a los trabajadores autónomos y fomentar un entorno laboral más estable y seguro.
Es evidente que la situación actual requiere una mayor atención y acciones decididas para proteger a este colectivo crucial para la economía. Los gobiernos deben trabajar en conjunto con el sector privado para impulsar medidas de apoyo, promover la creación de empleo de calidad y estimular el crecimiento económico sostenible. De lo contrario, el futuro de los trabajadores autónomos y, en última instancia, el bienestar económico de la sociedad en su conjunto, seguirán amenazados por la incertidumbre y la inestabilidad.