La evolución tecnológica ha sido una fuerza disruptiva en todos los aspectos de la vida moderna. Cada día, nuevas innovaciones emergen, transformando rápidamente lo que antes era considerado avanzado en algo obsoleto. Este fenómeno es particularmente evidente en el ámbito de la tecnología de la información, donde la velocidad del cambio es vertiginosa. Tessa Boumans, una destacada investigadora en el campo, afirma que incluso herramientas comunes como Excel ahora parecen anticuadas en comparación con las últimas tecnologías. En el contexto actual, la tecnología 4.0, que abarca conceptos como inteligencia artificial (IA) y análisis de datos masivos, está en el centro de la atención.
El Impacto de la Tecnología 4.0 en la Industria de la Moda
La percepción general hacia la tecnología suele ser positiva, considerándola como un progreso que impulsa el desarrollo humano. Sin embargo, recientemente, se ha planteado una discusión más profunda sobre los aspectos negativos de la tecnología y su impacto en diferentes sectores, incluida la moda. Este debate cobró relevancia el jueves 29 de febrero durante el evento «Fast Fashion – Tech Thinkers: What Influence Does Technology Have on Fashion?», organizado por De Balie en el edificio Adyen en Rokin, Ámsterdam.
El evento reunió a cinco expertas para discutir el papel de la tecnología en la industria de la moda, centrándose especialmente en la cultura de consumo rápido y desechable que ha proliferado en los últimos años. La presentadora del evento, Rosalie Dielesen, destacó la ubicación del edificio cerca de Zara, una popular cadena de moda rápida, como un recordatorio tangible de la influencia de la tecnología en las tendencias de moda y el comportamiento del consumidor.
Shein y la Cultura de la Moda Instantánea
El ascenso de marcas como Shein, que utilizan tecnología avanzada, incluida la IA, para introducir rápidamente nuevas colecciones y responder ágilmente a las demandas del mercado, ilustra el impacto directo de la tecnología en la industria de la moda. Sin embargo, este enfoque en la producción rápida y la rápida obsolescencia de la moda plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad y la ética en la industria.
Kiki Boreel, modelo y activista de moda sostenible, expresó su preocupación por el ciclo de consumo rápido y su impacto en el medio ambiente. Señaló que la sobreproducción es un problema significativo en la industria de la moda, con enormes cantidades de ropa acumulándose y generando desperdicio. Además, destacó las desigualdades en la cadena de suministro de moda, donde los trabajadores textiles a menudo enfrentan condiciones de trabajo precarias y salarios bajos.
Victorine van der Ven, propietaria de la marca de moda personalizada The Launch, compartió sus desafíos para competir con las marcas de moda rápida que ofrecen precios bajos y entregas rápidas. Su enfoque en la producción local y bajo demanda le dificulta igualar la velocidad y los precios de las marcas más grandes.
La tecnología, aunque ofrece ventajas como eficiencia y accesibilidad, también está exacerbando las desigualdades existentes y generando preocupaciones éticas en la industria de la moda. Tessa Boumans subrayó la importancia de abordar estos problemas y cuestionar el uso y los impactos de la tecnología en la moda y la sociedad en general. En última instancia, la solución a estos problemas radica en la responsabilidad y la acción colectiva de las personas más que en la tecnología misma.