14 niños rescatados de una vivienda donde eran maltratados y alimentados con comida para animales.
El descubrimiento de una Casa del Horror
La policía de Sidney, Australia, ha llevado a cabo un rescate impactante, liberando a 14 niños de una vivienda que ha sido descrita como una «casa de los horrores». Estos niños, que incluyen desde un bebé hasta jóvenes adultos, vivían en condiciones deplorables, siendo sometidos a torturas, maltratos y alimentados con comida destinada a mascotas.
El valor de denunciar
Todo comenzó cuando las dos hermanas mayores, de 18 y 19 años, decidieron dar un paso al frente. A pesar de las restricciones impuestas por sus padres, estas jóvenes lograron grabar los abusos que sufrían y presentaron la evidencia a la policía. Eran las únicas que tenían permitido salir de la casa, y solo para fines religiosos. El resto de los hermanos estaban prácticamente encerrados, sin poder siquiera llegar al final de su calle.
Al llegar a la vivienda, los agentes se encontraron con una escena desgarradora. Los niños estaban en condiciones infrahumanas, rodeados de suciedad, vestidos con ropa vieja y mostrando signos evidentes de desnutrición. No se les permitía asistir a la escuela y, en muchas ocasiones, su «alimentación» consistía en comida para mascotas.
Un Régimen de Terror
Los testimonios de los niños revelan un régimen de terror impuesto por sus padres. La madre pasaba todo el día con ellos, y al regresar el padre del trabajo, ella le informaba sobre el comportamiento de los niños. Esto desencadenaba castigos físicos y psicológicos. Los niños vivían en constante miedo, siendo castigados por hablar sin permiso o por no realizar tareas asignadas.
Una de las hermanas relató un acto particularmente cruel: su padre compró un gato, sabiendo lo mucho que ella lo quería, solo para torturarlo delante de ella. Otro testimonio revela cómo una de las hermanas fue obligada a cocinar durante todo el día para un grupo de hombres, en un intento de ganarse el favor de su padre y evitar más abusos.
Hacia un futuro incierto
A pesar de la traumática experiencia, los servicios sociales han decidido mantener a los hermanos juntos mientras se determina su futuro. Dado su prolongado aislamiento, han tenido que aprender tareas básicas del hogar y habilidades cotidianas, como hacer recados o ir al supermercado. Las hermanas mayores han asumido la responsabilidad de cuidar de sus hermanos, enfrentando el desafío de mantener a la familia unida.
La jefa de la policía de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, elogió la labor de los agentes que atendieron el caso, destacando su dedicación y cuidado hacia los niños. La investigación sigue en curso y los padres han sido detenidos.
La historia de estos niños es un recordatorio sombrío de que, a veces, los horrores más grandes pueden estar ocultos a plena vista. Es esencial estar alerta y denunciar cualquier sospecha de abuso para proteger a los más vulnerables.