La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León ha anunciado un «balance positivo» del primer año de aplicación de los eco regímenes, una de las medidas más novedosas y controvertidas de la nueva Política Agrícola Común (PAC) 2023-2027, que entró en vigor el 1 de enero de 2023.
Según datos del Gobierno autonómico, cerca del 92% de los agricultores y ganaderos con explotaciones agrarias en la región se han acogido a alguna práctica de los eco regímenes. Predominan las explotaciones más grandes y profesionalizadas, en contraste con las más pequeñas y de menor profesionalización.
La superficie acogida asciende a 5,09 millones de hectáreas del total de 5,36 millones de hectáreas incluidas en las solicitudes únicas PAC 2023 en Castilla y León. Esto significa que más del 95% de la superficie estará sujeta al cumplimiento de las condiciones de la nueva medida eco regímenes.
Factores contribuyentes
La Consejería destacó que el conjunto de medidas de flexibilidad en las condiciones de los elevados compromisos medioambientales que suponían los eco regímenes ha influido en alcanzar estos datos. Algunas de estas medidas fueron consecuencia del conflicto bélico en Ucrania y otras derivadas de la situación de sequía meteorológica que ha atravesado España.
Esta medida se enmarca en la denominada ‘arquitectura verde’ de la PAC, que junto con la condicionalidad reforzada y las medidas agroambientales, cobra un protagonismo destacado en el nuevo periodo. A ellas se destinan en España el 43% del conjunto total de los fondos europeos Feaga y Feader.
Próxima campaña y desafíos futuros
En el plazo de más o menos un mes, los agricultores y ganaderos deben comenzar la planificación de sus planes de cultivo y de gestión de sus explotaciones de cara a la nueva campaña agrícola. La Consejería considera necesario que el Ministerio, en consenso con las distintas comunidades autónomas, anticipe cuáles serán los condicionantes para las próximas siembras.
Entre los posibles desafíos se encuentran la flexibilidad en las prácticas de los eco regímenes en cuanto a la densidad ganadera, la rotación de cultivos, el porcentaje de cultivos mejorantes, las limitaciones del tipo de labores o las cubiertas vegetales, entre otros.
La adopción de los eco regímenes en Castilla y León refleja un compromiso significativo con la sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental. La región se enfrenta ahora al desafío de equilibrar las demandas de producción con las necesidades ecológicas, en un contexto de cambios climáticos y tensiones geopolíticas. La colaboración continua entre los agricultores, el Gobierno y las autoridades europeas será clave para el éxito continuo de estas iniciativas en los próximos años.