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El Ártico ante una inminente «Atlantificación»

El Ártico, testigo del cambio climático, enfrenta una transformación sin precedentes denominada «Atlantificación». Un reciente estudio desvela las implicaciones de este fenómeno en el ecosistema ártico.

El Ártico, esa vasta extensión de hielo y agua que ha sido testigo silencioso de los cambios climáticos a lo largo de los años, se encuentra en una encrucijada. Un reciente estudio ha arrojado luz sobre las disminuciones más fuertes en el hielo marino del Ártico, vinculadas a una característica atmosférica conocida como dipolo ártico.

El dipolo ártico y su influencia en el clima

El dipolo ártico, descrito en un artículo publicado en la revista Science, tiene un ciclo recurrente que alterna aproximadamente cada 15 años. Este fenómeno atmosférico tiene un impacto directo en cómo el agua del Atlántico Norte influye en el clima del Océano Ártico, un proceso que los científicos han denominado «Atlantificación».

El profesor Igor Polyakov, de la Universidad de Alaska Fairbanks y autor principal del estudio, señala que este análisis multidisciplinario abarca desde la atmósfera hasta la biología, pasando por el océano, el hielo y los continentes cambiantes, todo en respuesta al cambio climático.

Actualmente, el dipolo ártico se encuentra en un régimen «positivo», vigente desde 2007. Este régimen produce vientos en el sentido de las agujas del reloj sobre el sector canadiense del Ártico y vientos en sentido contrario sobre el Ártico siberiano. Estos patrones de viento tienen efectos profundos en las temperaturas del aire regional, los intercambios de calor atmósfera-hielo-océano, y las exportaciones de hielo marino, con consecuencias ecológicas significativas.

Consecuencias del cambio en el dipolo ártico

Los investigadores han observado una disminución del flujo desde el Océano Atlántico hacia el Océano Ártico a través del Estrecho de Fram, junto con un aumento del flujo del Atlántico hacia el Mar de Barents. Estos cambios alternos son descritos como un «mecanismo de conmutación» causado por los regímenes dipolares del Ártico.

Además, se ha detectado que los vientos en sentido antihorario de la región de baja presión bajo el actual régimen dipolo positivo del Ártico impulsan agua dulce de los ríos siberianos hacia el sector canadiense del Océano Ártico. Este movimiento ha ayudado a frenar la pérdida general de hielo marino en el Ártico en comparación con períodos anteriores.

Sin embargo, el estudio advierte que el mecanismo de conmutación que regula las entradas de aguas subárticas tiene un impacto «profundo» en la vida marina. Puede conducir a condiciones de vida potencialmente más adecuadas para las especies boreales subárticas cerca de la parte oriental de la cuenca euroasiática, en comparación con su parte occidental.

Polyakov concluye que «hemos superado el pico del actual régimen dipolar ártico positivo y en cualquier momento podría volver a cambiar». Este cambio podría tener importantes repercusiones climatológicas, incluido un ritmo potencialmente más rápido de pérdida de hielo marino en todos los sistemas climáticos árticos y subárticos.

En resumen, el Ártico se encuentra en una fase de transición que podría tener consecuencias significativas para el clima global. La «Atlantificación» del Ártico es un recordatorio de la interconexión de los sistemas climáticos y la necesidad de una comprensión más profunda de estos fenómenos para abordar adecuadamente los desafíos del cambio climático.

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