Kyriakos Mitsokatis, primer ministro de Grecia, y el presidente del museo británico, George Osborne, se reunieron en secreto esta semana en Londrés para avanzar en el acuerdo por la recuperación de las obras de arte de origen griego
Los mármoles del Partenón son motivo de discusión entre griegos y británicos desde hace años. Estas esculturas, de origen griego y obra del escultor helénico Fidias, cuentan con una antigüedad de más de 2.500 años. Estas piezas llevan exhibiéndose en el Museo Británico durante poco más de dos siglos. Atenas reclama desde hace tiempo la devolución de estas obras de arte que fueron retiradas de su lugar de origen a principios del siglo XIX por un aristócrata escocés.
Estas esculturas reciben el nombre de Mármoles de Elgin y son una de las colecciones más prestigiosas del Museo Británico. Este museo alberga una amplia colección y muestras de objetos valiosos de diversas culturas de la antigüedad. La antigua Grecia y el Antiguo Egipto son las civilizaciones que más han visto como sus obras de arte ‘emigraban’ hacia Londres.
El aristócrata escocés y séptimo conde de Elgin, Thomas Bruce, adquirió los mármoles del Partenón cuando trabajaba como embajador en la corte Otomana en Estambul. Por aquella época, Grecia formaba parte del Imperio Otomano. Gracias a su insistencia y su alta posición, consiguió que los otomanos vendieran estas piezas al Reino Unido en 1816. Esta transacción ha sido calificada por Grecia como un “saqueo” a su cultura.
Grecia confía en recuperar estas obras pronto
Según el diario británico The Times se reunieron la semana pasada en Londres el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsokatis, y el presidente del museo británico, George Osborne, con el fin de tratar la repatriación de estos mármoles. El diario griego Ta Nea apunta a que estás conversaciones se remontan a un año atrás y que actualmente el acuerdo está en “una etapa muy avanzada”.
Sin embargo, aún no hay nada cerrado. Los periodistas griegos advierten del temor existente en el Gobierno y en el funcionariado a que se estaquen las conversaciones. Dada la delicadeza de la negación, creen más probable que todo se quedé en un punto muerto. De momento, en Grecia preparan el regreso de estas piezas, que ya tienen su lugar esperando en el Museo Acrópolis.
Fuente: RTVE