Los robos y estafas movieron 14.000 millones de dólares, una tendencia que crece, pero muy por debajo de la adopción generalizada de criptomonedas.
2021 quedará marcado en los libros de Historia como el año en el que se aceleró la adopción generalizada de las criptomonedas. Sin embargo, la creciente popularidad de estas monedas virtuales también ha hecho que cada vez más delincuentes las utilicen para cometer delitos.
Así, este tipo de robos y estafas movieron el año pasado un total de 14.000 millones de dólares en transacciones ilícitas, un máximo histórico que destapa un informe de la plataforma Chainanalysis.
Los principales delitos cometidos el año pasado con criptodivisas fueron estafas, robo de fondos y financiación de grupos terroristas. Los 14.000 millones de dólares registrados suponen un aumento del 79% en relación al 2020, cuando el volumen fue de 7.800 millones. El anterior máximo histórico se dio en 2019, cuando estos delitos lograron extraer hasta 11.700 millones.
En muchos casos se trata de proyectos que aparentan ser legítimos para terminar robando a los inversores. Uno de los más conocidos fue la criptomoneda lanzada por unos desconocidos aprovechando el éxito mundial de la serie coreana ‘El juego del calamar’, que logró atraer casi tres millones de dólares en inversiones de gente de todo el mundo para después desaparecer con ese dinero bajo el brazo.
Sin embargo, el estudio de Chainanalysis señala que el aumento de la criminalidad con criptomonedas ha sido mucho menor si se compara con el creciente uso de estos activos virtuales. Todas las transacciones registradas por esta plataforma movieron 15.800 millones de dólares, lo que supone un aumento del 567% en relación con 2020.
Fuente: El Periódico.